domingo, 30 de octubre de 2011

No sabes a quién votar.

Y no eres el/la único/a.

Más allá del "¿y qué más da que no vaya a votar?", del "total, por un voto" o del "nada va a cambiar", son muchas las razones que hacen que algunos no visiten su colegio electoral el día de las elecciones. El poco interés por la política en general o la falta de información sobre las distintas opciones dificultan que nos posicionemos a favor de un partido determinado. Debemos ser exigentes y realistas; lo primero porque se trata de decidir quién va a liderar y a regular nuestra vida como sociedad democrática, lo segundo porque seguramente no encontremos un partido político con ideas exactamente iguales a las nuestras.

Quizás uno de los principales problemas sea la sobreinformación. Las noticias de actualidad política nos llegan a través de televisión, prensa y radio marcadas en mayor o menor medida por la corriente ideológica del medio que las ha creado. Lo mismo sucede en redes sociales como Twitter o Facebook. Somos bombardeados con millones de mensajes políticos que, habitualmente, en lugar de aclarar las cosas, las dificultan. Por no hablar de los programas electorales farragosos, supérfluos y contradictorios: documentos de entre 50 y 600 páginas de promesas que casi nunca se cumplen. Y falta absoluta de sentido común y coherencia en determinados casos: si abogas por la austeridad económica, luego no votes en contra de una petición para modificar privilegios y pensiones de los parlamentarios.

Estas son algunas recomendaciones que me haría a mi misma si no lo tuviese nada claro:

  • No olvides que votar es un derecho y no una obligación. No votes por votar. Si no estás seguro/a de que verdaderamente confías en un partido, no lo hagas.
  • No pienses que da igual votar o no. Es tan fácil como entender que si todos lo pensáramos, no funcionaría el concepto de democracia.
  • Infórmate. Visita las webs de los partidos políticos y lee (si dispones de tiempo suficiente) los programas electorales no sólo por lo que dicen sino porque podrás alegrarte o sentirte decepcionado/a si el partido cumple o no con su palabra durante la legislatura.
  • No votes por tradición familiar, por compromiso o por quedar bien con conocidos o amigos. Sé fiel a tus propios principios.

1 comentario:

  1. Una chica me dijo "cómo voy a no votar? Con lo que ha costado conseguirlo, y más para la mujer".

    Pienso lo mismo que ella, después de todo lo que se luchó por el sufragio universal, ¿vamos a quedarnos en casa tirando por tierra todo ese trabajo?
    No.

    Pero eso sí, votar por votar o por simpatía nunca.

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