lunes, 7 de noviembre de 2011

Los programas electorales: tercer plano... ¡Y acción!

Esta semana, a un ex ministro e histórico dirigente de un partido le preguntaban por la utilidad de los programas electorales, él la defendió afirmando que cuando le nombraron ministro lo primero que hizo fue leerse el programa electoral de su partido referente al sector que le correspondía para ver “qué tenía que hacer”.

La respuesta tomada con humor por los periodistas de la mesa, esconde una grotesca burla hacia los ciudadanos. ¿Realmente ni a los propios dirigentes de los partidos políticos les importa su programa electoral?¿El programa con el que “venden” su partido a los ciudadanos?

Antes de plantearnos estas preguntas deberíamos reflexionar sobre qué son en realidad los programas electorales, que tan importantes son a la hora de decidir a qué partido prestamos nuestro voto o en qué nos basamos.

Y es que en teoría el programa electoral es donde el partido que aspira a gobernar dice a los ciudadanos qué hará durante la legislatura y para qué les pide su confianza. Pero una vez ganadas, las alianzas con otros partidos, las presiones externas, la coyuntura general y un largo etcétera hacen que sea difícil de cumplir.


Por lo tanto tenemos a los programas electorales como aquello que inicialmente piensa hacer un partido desde el gobierno pero probablemente no podrá cumplir. Este hecho hace que el programa electoral ya sea algo de por sí devaluado.

Por otra parte está el interés que suscita el programa electoral entre el electorado, ya que muchas veces es desconocido, trascienden las promesas más importantes o más “sonantes”, pero no su integridad, ya que los electores no acostumbran a leerse todos los programas electorales de todos los partidos que concurren a las elecciones. Puede que si lo hiciesen encontraran más discordancias de las esperadas con sus opiniones personales y podrían sorprenderse incluso con el partido con el que creen sentirse identificados.

Entonces, ¿qué es lo que decide el voto?¿La simpatía que suscitan los políticos de un partido? ¿La labia en las contestaciones a su oposición?¿La vetusta idea de izquierda vs derecha?¿El carisma del líder?¿Qué papel ocupa en la política un programa bien detallado que ni los propios dirigentes se toman la molestia de leer?

Como ya he dicho en otras ocasiones, las campañas políticas difieren cada vez menos de las publicitarias; lo triste es que los políticos difieran cada vez menos de una simple marca comercial.

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