lunes, 28 de noviembre de 2011

Abandonos 2.0

Anteriormente contábamos en este blog la obsesión de algunos políticos por estar en la vanguardia de Internet de cara a las elecciones. Pero, ¿qué ocurre cuando no hay elecciones?

Una vez recogidos los frutos “2.0” se cierra el telón o por lo menos se reduce la actividad. Podríamos citar ejemplos de la pasada campaña de 2008, como el de Esteban González Pons, que entró en obsesión por abrir blogs a diestro y siniestro, para decir en todos lo mismo, y una vez finalizada la campaña, el silencio durante cuatro años, hasta recuperarlos parcialmente para este candidatura.

Pero no tenemos que remontarnos cuatro años para encontrarnos con esta situación. Hoy mismo podemos ver las cuentas de Twitter oficiales de los máximos candidatos a la presidencia abandonados desde las elecciones.

¿Qué ha ocurrido? Pues ni más ni menos que lo que lleva ocurriendo durante años pero esta vez adaptado a las tecnologías de la información y la comunicación: cada cuatro años vienen, nos piden sus votos y se los llevan hasta el próximo encuentro en las urnas.


Deben aparentar ser cercanos y para ello inauguran sus twitters, amplían su electorado en la red y llenan su agenda de actos con ciudadanos. Pero con los votos en el bolsillo, ¿para qué rebajarse hasta ese nivel de cercanía con el pueblo?

Como hemos indicado al principio, este descuido no es más que una muestra actual de lo que lleva pasando durante toda la democracia. La ventaja para los ciudadanos con respecto a otros medios es que, para bien o para mal, “Internet no olvida” y puede recordarnos en cualquier momento todo lo que hacen o dejan de hacer nuestros representantes políticos.

Y tal vez, si seguimos extrapolando, podemos encontrarnos con que el discurso electoral se parezca muy poco a la práctica democrática, incluso que sea totalmente opuesto. Para este caso, me gustaría hacer una referencia a una página Wiki encargada exclusivamente de recordarnos las promesas de los candidatos y usar los datos recogidos en su contra si no las cumplen; desde luego un gran aporte a la política que solo podría ofrecernos Internet: http://loprometidoesdeuda.com/.

Es cierto que no podemos generalizar y realmente debemos reconocer a aquellos políticos constantes en su diálogo con los ciudadanos y que desde luego nos ofrecen mucha más credibilidad.

Todo esto da para reflexionar. Se trata de una situación absurda en la que los partidos solo se acuerdan de dialogar con los ciudadanos cuando estos pasan a llamarse votantes, pero ¿verdaderamente penalizan así su imagen? Los grandes partidos han recurrido a ello durante años y en función de los resultados podemos decir que no les ha salido mal. ¿Asumimos que esto es lo normal?¿O tal vez solo nos falte acomodarnos a Internet y aprovechar sus ventajas como memoria infalible?¿Seremos capaces de obligar a los políticos a cambiar su estrategia? Estamos abiertos a vuestra opinión ;)

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